lunes, 30 de mayo de 2011

UN COPO MÁGICO

Ángela era una niña que estaba impaciente porque pasasen ya esos dos días para el veinticinco de diciembre.

               La mañana del veinticuatro se despertó, vio que nevaba, bajó corriendo a jugar con la nieve y le cayó un reluciente copo que habló y dijo: Ángela, Papá Noel te necesita en el Polo Norte porque está encerrado en el castillo del malvado Sorey y lo único que sabe es que hay que descifrar una contraseña y tú como en el taller Sociolingüístico descifras contraseñas, serás de buena ayuda.

            Ángela se quedó fascinada y emprendió ese maravilloso viaje, encontrándose con los elfos de Santa que le acompañaron a ella y al copo mágico. Al llegar al castillo de Sorey buscaron a Papá Noel y con cuidado consiguieron llegar a la celda, el copo mágico le dijo a Santa que no se preocupase, éste le explicó a Ángela que retocando el nombre de Sorey se abriría la celda. A Ángela le costó, pero el código era SY, la primera y la última letra del nombre.

               Al salir, Papá Noel muy contento saludó a los elfos y dio las gracias a Ángela y al copo mágico porque sin su  ayuda no hubiese podido llegar la Navidad a tiempo. Cuando la niña se despertó y abrió su regalo, se emocionó y dijo ¡Es una Wii! ¡Lo que queríamos mi familia y yo! Ángela miró al cielo y lanzó una sonrisa de felicidad a sus mágicos amigos.

                                                                                          
ÁNGELA OCHOA YAGO

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