lunes, 17 de enero de 2011

Un chiste para troncharse

Os voy a contar un chiste muy divertido y preparaos porque hace muuuuuuuuuuuucha gracia:
 Era un gato tan pequeño, tan pequeño, tan pequeño tan pequeño, que se subió encima de una canica y gritó
-¡El mundo es mío!
Ángela Ochoa

No hay comentarios:

Publicar un comentario