Un niño se fue con sus padres de vacaciones a México, a la playa donde podían estar tranquilos.
El niño que se llamaba Pedro estaba muy triste porque había visto a niños vagabundos por las calles.
Un día cuando estaba el el hotel vio a tres mariachis tocándole una canción a un niño vagabundo y después se lo habían llevado a un centro de acogida. Pedro pensó la suerte que había tenido el niño de que le hubieran encontrado, además los mariachis, con el dinero que conseguían se lo daban a los centros de acogida.
Pedro dijo a su familia que había gente muy buena y amable en todas las partes del mundo.
Elena Pérez
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